0. Introducción
Si nos remontamos a los inicios de la humanidad, las personas producían todo lo que consumían, de forma que solo podrá satisfacer las necesidades más básicas. La razón es que cada individuo tendrá que realizar muchas tareas para las que no es muy habilidoso y perderá tiempo en el cambio de tareas. Pero si los individuos se organizan en sociedades y se reparten las tareas, cada uno puede especializarse en producir aquello que mejor se le da y recurrir al intercambio. Esto permite a los individuos desarrollar 2 aspectos clave: la especialización y la división del trabajo.
1. La especialización
Cuando las personas se especializan en aquello que mejor saben hacer y repite las tareas, al final, la producción aumentará y se dispondrán de más bienes para intercambiar con los demás.
La idea básica es que, si soy bueno cazando y malo haciendo ropa, dedique todas mis horas de trabajo a cazar, y luego pueda intercambiar la comida por la ropa. Si soy el mejor haciendo un bien y me especializo en hacer sólo eso, cada vez lo haré mejor.
2. La división del trabajo
La división del trabajo consiste en dividir procesos producción complejos en tareas sencillas de forma que cada trabajador se especializará en una tarea y será más productivo por 3 motivos:
Por tanto, la especialización lleva a la división del trabajo ya que los bienes no son producidos al completo por una persona. En una panadería, unos trabajadores amasan, otros manejan los hornos, otros transportan y otros venden.
Por contra, la excesiva especialización trae consigo una serie de inconvenientes:
Alienación del trabajo
Se considera al trabajador como una máquina más del proceso productivo. El trabajo repetitivo y monótono provoca estrés y absentismo laboral. A largo plazo la productividad disminuye.
El absentismo laboral, es la ausencia al trabajo cuando estaba prevista la asistencia (sin baja médica) se ha disparado en 2016. Se cifra en 72.500 millones de euros su coste total. Una cantidad de la que consideran podrían recuperarse hasta 18.000 millones para dar un respiro a la SS.
Interdependencia económica
La especialización desde que tienes 15 años
Ya desde muy jóvenes se nos “obliga” a empezar a especializarnos. En 4º de la ESO ya tenemos que elegir entre diferentes optativas. En bachillerato esto aumenta aún más, al tener que elegir “ciencias puras” “sociales” “humanidades”. De esta manera si has elegido “sociales”, podrás estudiar una carrera como Economía, Derecho o Periodismo, pero ya difícilmente podrás estudiar medicina, ingeniería o informática. Esto no es así en todos los países, y hay muchos especialistas de educación que creen que es demasiado pronto para elegir una especialización. ¿Tú qué piensas?
Si nos remontamos a los inicios de la humanidad, las personas producían todo lo que consumían, de forma que solo podrá satisfacer las necesidades más básicas. La razón es que cada individuo tendrá que realizar muchas tareas para las que no es muy habilidoso y perderá tiempo en el cambio de tareas. Pero si los individuos se organizan en sociedades y se reparten las tareas, cada uno puede especializarse en producir aquello que mejor se le da y recurrir al intercambio. Esto permite a los individuos desarrollar 2 aspectos clave: la especialización y la división del trabajo.
1. La especialización
Cuando las personas se especializan en aquello que mejor saben hacer y repite las tareas, al final, la producción aumentará y se dispondrán de más bienes para intercambiar con los demás.
La idea básica es que, si soy bueno cazando y malo haciendo ropa, dedique todas mis horas de trabajo a cazar, y luego pueda intercambiar la comida por la ropa. Si soy el mejor haciendo un bien y me especializo en hacer sólo eso, cada vez lo haré mejor.
2. La división del trabajo
La división del trabajo consiste en dividir procesos producción complejos en tareas sencillas de forma que cada trabajador se especializará en una tarea y será más productivo por 3 motivos:
- Al repetir la misma tarea se mejora la habilidad del trabajador en su desempeño.
- Al no tener que cambiar de tarea se disminuye la pérdida de tiempo
- Es más fácil crear máquinas y herramientas para hacer una tarea pequeña. Piensa en la cantidad de herramientas especiales que hay para hacer cada pequeña tarea.
Por tanto, la especialización lleva a la división del trabajo ya que los bienes no son producidos al completo por una persona. En una panadería, unos trabajadores amasan, otros manejan los hornos, otros transportan y otros venden.
Por contra, la excesiva especialización trae consigo una serie de inconvenientes:
Alienación del trabajo
Se considera al trabajador como una máquina más del proceso productivo. El trabajo repetitivo y monótono provoca estrés y absentismo laboral. A largo plazo la productividad disminuye.
El absentismo laboral, es la ausencia al trabajo cuando estaba prevista la asistencia (sin baja médica) se ha disparado en 2016. Se cifra en 72.500 millones de euros su coste total. Una cantidad de la que consideran podrían recuperarse hasta 18.000 millones para dar un respiro a la SS.
Interdependencia económica
- Las personas no producen casi nada de lo que necesitan para sí misma. Dependemos de otros individuos que produzcan los bienes que nosotros deseamos. Solución: el mercado.
- Producir un bien requiere coordinar muchas tareas más pequeñas. Solución: las empresas.
La especialización desde que tienes 15 años
Ya desde muy jóvenes se nos “obliga” a empezar a especializarnos. En 4º de la ESO ya tenemos que elegir entre diferentes optativas. En bachillerato esto aumenta aún más, al tener que elegir “ciencias puras” “sociales” “humanidades”. De esta manera si has elegido “sociales”, podrás estudiar una carrera como Economía, Derecho o Periodismo, pero ya difícilmente podrás estudiar medicina, ingeniería o informática. Esto no es así en todos los países, y hay muchos especialistas de educación que creen que es demasiado pronto para elegir una especialización. ¿Tú qué piensas?
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